Tal como van las cosas, en medio de la creciente polarización y fluctuaciones de la democracia, puede que la cinta de Alex Garland no esté alejada de un futuro probable. Estados Unidos recae en una guerra civil cuando un gobierno federal, liderado por un presidente que por tercer término se mantiene en la Casa Blanca, impone un sistema autoritario al resto de la nación. Los Estados de Texas y California se unen en un movimiento separatista para restablecer el orden constitucional. A pesar de los alardes de victoria que emite el presidente, las fuerzas del oeste avanzan hasta rodear Washington, D.C. Mientras el caos bélico se cierne sobre el último bastión del mandatario, un grupo de reporteros decide adentrarse en el frente de batalla para tratar de entrevistarlo. La tensión dramática en la cinta es constante, tanto por los eventos traumáticos que sacude al grupo de periodistas, como por las escenas que involucran el fotorreportaje, único superviviente de la historia gracias a la frase “una imagen vale más que mil palabras”. Poco a poco emerge el drama del ser humano, criatura que tiende a caer en los errores del pasado y que no aprende por cabeza ajena. Dos aspectos a destacar en la película: su guión, escrito también por Alex Garland y segundo, la actuación de Kirsten Duns. Visceral y de unos fuertes contrastes interiores, la sitúan en una de sus mejores interpretaciones hasta la fecha.
Calificación: ★ ★ ★ ★
Género: Acción, distopía bélica, drama.
Contiene: Tensión, violencia y un escenario destructivo donde todo se va al garete.
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