En un vertedero notable se ha convertido el parque del Tamarindo en el municipio de Cruces. Muchos vecinos de la zona han terminado depositando sus desperdicios en esta área, tras varios días en que no pasa nadie a recoger la basura. “Hay que pagar para que la recojan” afirma un residente del lugar y concluye: “pero, ¿y el que no tiene dinero qué hace? Pues la tira en el parque”. El gobierno local, acostumbrado a librase de responsabilidades, califica de indisciplina social situaciones como éstas. Pero recordemos que no es el pueblo quien trabaja para el gobierno, sino al contrario. Es deber de los funcionarios locales encontrar soluciones y, en estos momentos, la entidad de Comunales parece estar con la soga al cuello. Más del 65% de sus plazas han quedado vacantes. Nadie quiere trabajar en Comunales y prefieren buscar la vida en la calle con lo que aparezca. No existe incentivo ni condiciones para mantener la mano de obra que requiere este importante trabajo. Tampoco el gobierno local cuenta con recursos para enfrentar el dilema. Mientras tanto aumentan y pululan todo tipo de enfermedades infecciosas que tienen abarrotados en estos momentos el policlínico municipal y los hospitales en la cabecera de provincia. ¡Demasiada inmundicia! El pueblo de Cruces tiene que entender que la basura está directamente relacionada con todas las enfermedades epidemiológicas que nos están afectando, pero es responsabilidad del gobierno local diseñar una estrategia efectiva para eliminar la inmundicia. No hay otro responsable.
El parque Tamarindo minado de basura
En un vertedero notable se ha convertido el parque del Tamarindo en el municipio de Cruces. Muchos vecinos de la zona han terminado depositando sus desperdicios en esta área, tras varios días en que no pasa nadie a recoger la basura. “Hay que pagar para que la recojan” afirma un residente del lugar y concluye: “pero, ¿y el que no tiene dinero qué hace? Pues la tira en el parque”. El gobierno local, acostumbrado a librase de responsabilidades, califica de indisciplina social situaciones como éstas. Pero recordemos que no es el pueblo quien trabaja para el gobierno, sino al contrario. Es deber de los funcionarios locales encontrar soluciones y, en estos momentos, la entidad de Comunales parece estar con la soga al cuello. Más del 65% de sus plazas han quedado vacantes. Nadie quiere trabajar en Comunales y prefieren buscar la vida en la calle con lo que aparezca. No existe incentivo ni condiciones para mantener la mano de obra que requiere este importante trabajo. Tampoco el gobierno local cuenta con recursos para enfrentar el dilema. Mientras tanto aumentan y pululan todo tipo de enfermedades infecciosas que tienen abarrotados en estos momentos el policlínico municipal y los hospitales en la cabecera de provincia. ¡Demasiada inmundicia! El pueblo de Cruces tiene que entender que la basura está directamente relacionada con todas las enfermedades epidemiológicas que nos están afectando, pero es responsabilidad del gobierno local diseñar una estrategia efectiva para eliminar la inmundicia. No hay otro responsable.
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