Acusado de raspar cemento en una torva vacía, un joven lleva más de un año preso sin fecha de juicio. Este caso refleja el desastre en que se encuentra el sistema judicial cubano, proclive a crear limbos judiciales donde los sospechosos de un delito quedan atrapados indefinidamente. Jorge Antonio González, de 24 años, supuestamente fue sorprendido en Abril de 2023 por un custodio mientras merodeaba por una torva de cemento vacía en el municipio de Cruces, Cienfuegos. A los pocos días fue arrestado por la policía y acusado de robar cemento. Sin embargo, no se le encontró ninguna evidencia, pues como ya hemos dicho, la torva estaba vacía. La acusación pierde aún más credibilidad cuando el custodio, único testigo del evento, ni tan siquiera se encuentra en el país para declarar, pues hace meses que abandonó el territorio. Mientras tanto ha pasado más de un año sin que el tribunal tome cartas en el asunto. La escasez de abogados, más las contradicciones en el Código Penal, la burocracia en los tribunales y la falta de fiscales competentes han formado un caldo de cultivo para mantener en cautiverio a personas inocentes o bajo sospechas de un delito sin pruebas en su contra. Cientos de casos saturan las cárceles en la provincia de Cienfuegos sin que acabe de asomar un juicio que esclarezca la inocencia o culpabilidad del sospechoso.
Acusado de raspar cemento, joven lleva más de un año preso sin fecha de juicio
Acusado de raspar cemento en una torva vacía, un joven lleva más de un año preso sin fecha de juicio. Este caso refleja el desastre en que se encuentra el sistema judicial cubano, proclive a crear limbos judiciales donde los sospechosos de un delito quedan atrapados indefinidamente. Jorge Antonio González, de 24 años, supuestamente fue sorprendido en Abril de 2023 por un custodio mientras merodeaba por una torva de cemento vacía en el municipio de Cruces, Cienfuegos. A los pocos días fue arrestado por la policía y acusado de robar cemento. Sin embargo, no se le encontró ninguna evidencia, pues como ya hemos dicho, la torva estaba vacía. La acusación pierde aún más credibilidad cuando el custodio, único testigo del evento, ni tan siquiera se encuentra en el país para declarar, pues hace meses que abandonó el territorio. Mientras tanto ha pasado más de un año sin que el tribunal tome cartas en el asunto. La escasez de abogados, más las contradicciones en el Código Penal, la burocracia en los tribunales y la falta de fiscales competentes han formado un caldo de cultivo para mantener en cautiverio a personas inocentes o bajo sospechas de un delito sin pruebas en su contra. Cientos de casos saturan las cárceles en la provincia de Cienfuegos sin que acabe de asomar un juicio que esclarezca la inocencia o culpabilidad del sospechoso.
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