Otro hombre se desmaya del hambre en las calles de Cruces. "Hambre, lo que tengo es hambre" se le escuchó decir. Tristemente escenas como estas se están viendo en todo el país. A medida que aumenta una población famélica y en riesgo de inanición, aumenta el abdomen de la clase dirigente, ajena a la ola de hambre que azota a la isla de Cuba. Ancianos, enfermos, personas con discapacidades entre los más vulnerables, pero también quienes sus salarios no les alcanza ni para comprar huevos.
Se desmaya del hambre otro crucence
Otro hombre se desmaya del hambre en las calles de Cruces. "Hambre, lo que tengo es hambre" se le escuchó decir. Tristemente escenas como estas se están viendo en todo el país. A medida que aumenta una población famélica y en riesgo de inanición, aumenta el abdomen de la clase dirigente, ajena a la ola de hambre que azota a la isla de Cuba. Ancianos, enfermos, personas con discapacidades entre los más vulnerables, pero también quienes sus salarios no les alcanza ni para comprar huevos.
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