Salidero en el techo del hospital de Cienfuegos

Si no fuese tan monstruoso el panorama, me ponía a cantar “Cae una gotita de agua…” pero este chorro mugriento cae del techo en una de las salas del hospital provincial de Cienfuegos. Arrastra consigo cada estafilococo, cada bacteria putrefacta que cohabita en el recinto. El que quiera escribir una novela de terror, que vaya para los hospitales cubanos, que allí encontrará material de sobra para poner de puntas los pelos a cualquiera. Esa cubeta la pusieron los familiares de un enfermo, de lo contrario la sala entera estuviese nadando en el excremento. 
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