Otro campesino de Cruces enfrenta cargos de la policía porque le robaron el caballo. El país se ha convertido en un antro de justicia invertida: bondades para los criminales, castigo para las víctimas y los inocentes. En este punto ya no se puede llamar “policía” a los guardias que están para cuidar el orden. Sería como llamar médico a quien pinta uñas desde su casa. El único calificativo con el que se les puede describir es llamándolos “esbirros”: personas sin lealtad ninguna y sin ninguna agenda ciudadana que, a cambio de dinero, hacen lo que se les ordena. Los esbirros de Cruces, además de tomar alcohol y serenarse dentro de la PNR, cumplen un sólo objetivo, que ninguno en el pueblo se pronuncie en contra del sistema que los mantiene. A un tal Carmelo le robaron y por allí no apareció ni la virgen. A otro Crucense llamado Yasmani en la calle Camilo, le robaron la turbina de su terraza y a los 3 días fue que vino aparecerse un agente de la policía. Llegaron, miraron y con la misma se fueron. (Foto Potrerillo)
Justicia invertida: bondades para los criminales, castigo para las víctimas
Otro campesino de Cruces enfrenta cargos de la policía porque le robaron el caballo. El país se ha convertido en un antro de justicia invertida: bondades para los criminales, castigo para las víctimas y los inocentes. En este punto ya no se puede llamar “policía” a los guardias que están para cuidar el orden. Sería como llamar médico a quien pinta uñas desde su casa. El único calificativo con el que se les puede describir es llamándolos “esbirros”: personas sin lealtad ninguna y sin ninguna agenda ciudadana que, a cambio de dinero, hacen lo que se les ordena. Los esbirros de Cruces, además de tomar alcohol y serenarse dentro de la PNR, cumplen un sólo objetivo, que ninguno en el pueblo se pronuncie en contra del sistema que los mantiene. A un tal Carmelo le robaron y por allí no apareció ni la virgen. A otro Crucense llamado Yasmani en la calle Camilo, le robaron la turbina de su terraza y a los 3 días fue que vino aparecerse un agente de la policía. Llegaron, miraron y con la misma se fueron. (Foto Potrerillo)
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