Hoy es Viernes Santo. La tradición cristiana lo señala como el día en que Jesucristo murió en la cruz en la que había sido crucificado por decisión de las Autoridades del Imperio Romano, muy asustadas porque aquel sencillo carpintero había revuelto la historia con sus llamados a la Redención Humana.
En cambio, la memoria colectiva de nuestra comunidad católica, que también forma parte de la Historia Cultural y Teológica Local y nacional, recuerda que sólo hace 25 años fue rehabilitado el “permiso” para la celebración pública de la importante fecha del calendario litúrgico cristiano; prohibida por absurda decisión de aquellos hombres que se hicieron del poder en enero de 1959 y por delante de los Derechos y la Tradición, impusieron sus temores y sus arrogancia.
Resulta curioso que aquellos barbudos se hayan comportado ante la sabía popular de la misma manera que los Magistrados Romanos lo hicieron ante Jesucristo y sus seguidores. La persecución y represión contra los religiosos cubanos ha sido una de las notas más obscuras de la historia cultural de la Patria, agredida por “una extraña ideología”, manera en que denominaba San Juan Pablo II al odioso y repulsivo Comunismo.
En 1995, asfixiado por la crisis de turno, Fidel Castro pidió al entonces Papa Juan Pablo II que visitará la Isla. Bienvenido huésped, en 1998, llegó a Cuba con su llamado “Que Cuba se abra al mundo y el mundo se abra a Cuba. Fue entonces restaurada la fecha Santa. Aunque estamos hoy más cerrados que nunca.
En cambio, la memoria colectiva de nuestra comunidad católica, que también forma parte de la Historia Cultural y Teológica Local y nacional, recuerda que sólo hace 25 años fue rehabilitado el “permiso” para la celebración pública de la importante fecha del calendario litúrgico cristiano; prohibida por absurda decisión de aquellos hombres que se hicieron del poder en enero de 1959 y por delante de los Derechos y la Tradición, impusieron sus temores y sus arrogancia.
Resulta curioso que aquellos barbudos se hayan comportado ante la sabía popular de la misma manera que los Magistrados Romanos lo hicieron ante Jesucristo y sus seguidores. La persecución y represión contra los religiosos cubanos ha sido una de las notas más obscuras de la historia cultural de la Patria, agredida por “una extraña ideología”, manera en que denominaba San Juan Pablo II al odioso y repulsivo Comunismo.
En 1995, asfixiado por la crisis de turno, Fidel Castro pidió al entonces Papa Juan Pablo II que visitará la Isla. Bienvenido huésped, en 1998, llegó a Cuba con su llamado “Que Cuba se abra al mundo y el mundo se abra a Cuba. Fue entonces restaurada la fecha Santa. Aunque estamos hoy más cerrados que nunca.
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