No hay trasporte para moverse en la provincia y hasta la más mínima diligencia se vuelve un calvario. Quien no consigue poner un pie en el ómnibus para Cienfuegos, tiene que enganchar con uno de los camiones que viajan de Villa Clara a la Perla del Sur, porque máquinas no hay. En Cienfuegos una pasajera cuenta el infierno que vivió cuando, después de esperar en la cola desde las 12 del mediodía para subir al ómnibus de las 3 de la tarde que cubre la ruta Cienfuegos-Lajas, se quedó afuera porque la guagua estaba repleta. ¡Y eso que hacía el número 4 en la fila! “Horrible fue estar allí” así lo describe. La crisis del transporte se agudiza ante la falta de combustible, pero también en los precios que ha fijado el estado para detener la inflación. Varios choferes de taxis han sido multados por inspectores estatales hasta con 5,000 pesos, después que han cobrado a los clientes un pasaje muy diferente al que está estipulado. ¿Taxistas oportunistas? Así lo ven los burócratas del gobierno, pero la realidad es que a ningún chofer le está dando negocio poner a rodar el carro en las carreteras cubanas. Combustible, impuestos, seguridad social y mantenimiento del vehículo dejan un escaso margen de ganancia que no le da para vivir al chofer. Por donde quiera que se mire, es asfixiante la situación.
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