Al ritmo que van las cosas muy pronto verán a los estudiantes en Cuba escribiendo sobre tablillas de arcilla, al estilo sumerio. Simplemente no hay papel. Encontrar una libreta cuesta Dios y ayuda. Hay padres que se han agenciado de comprar, a precio de oro, una libreta para sus hijos en la escuela. Sin embargo, algunos maestros han pedido a los padres dejarlas en casa porque otros niños carecen de libretas. Solidarizar la miseria ha sido siempre una constante del proyecto castrista, cuyos frutos hemos recibido en canastas abundantes hasta hartarnos. ¿Qué solución nos queda? Las tablillas. Pero incluso este recurso tecnológico tan primitivo, se puede dificultar en un país conducido por incapaces. Supongamos que el gobierno cubano consiga extraer una tonelada de arcilla de los yacimientos que existen en Granma. ¿En qué camión? Después de varios meses lo consiguen pero, qué pena, la arcilla se endureció. Esto prueba algo importante, que el sistema cubano es incompatible hasta con los cavernícolas.
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