Un chivatazo ha desmontado una fábrica de galletas clandestina que había operando en el municipio de Cruces. Se sospecha de un tal Luis Reguera, alias Agua Azúcar, un tipo que desde los 15 años da lengua a la PNR del municipio. Cerca del lugar habían 25 sacos de azúcar que eran de un productor de helado, quien también sufrió las consecuencias del chivatazo. En esta cacería, la policía metió una multa de 4,000 pesos a los infelices que trabajaban en la pequeña empresa y, algunos de ellos fueron detenidos. Entre ellos, un joven suplicó que no lo multaran, pues tenía a su hijo recién nacido ingresado en el pediátrico de Cienfuegos, pero las autoridades locales fueron implacables, a pesar de que muchos de ellos poseen negocios sucios mientras cumplen servicio. Sabemos por ejemplo, que el oficial Consuegra tiene una refresquera ilícita. El oficial Gastón, al que apodan El Kimbi, tiene 3 bicitaxis alquilados circulando en el pueblo y un tal Jassiel, nada más y nada menos que una o varias fábricas de embutidos. Vivo retrato de lo que sucede en todo el país. Quienes gozan del poder y la protección de sus cargos, sacan de las empresas estatales sin dar cuentas del asunto. Aquí todo el mundo sabe cuánto roban y se benefician algunos dirigentes del municipio con la fábrica estatal de galletas, pero cuando un emprendedor consigue por su cuenta generar los medios para vender sus productos, le caen arriba y lo despojan, acusándolo de enriquecimiento ilícito.
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