La fábrica de Pastas Alimenticias de Marta Abreus, ubicada en el municipio de Cruces, despachó el pasado domingo el último espagueti que verán los cubanos por un buen tiempo. No ha ocurrido ningún desperfecto técnico que impida el funcionamiento de dicha empresa, pero sí un ejército de incapaces administrando el trigo que recibe la isla. Según fuentes conectadas entre la empresa de pastas y los sistemas de distribución, hace un par de años aproximadamente Cuba le compró a México una cantidad considerable de trigo que mantuvo en reserva mientras usaba el que había recibido a través de donaciones desde Rusia y otros países. Una vez que agotaron las donaciones, se dispusieron a utilizar el trigo mexicano, sin embargo, cuál no sería la sorpresa al constatar que dicho alimento se había echado a perder. Al parecer un grupo de despistados, con la ineficiencia que los caracteriza, relajaron los sistemas de control sobre el producto. El espagueti se hace con sémola de trigo, pero a raíz de este incidente, las autoridades han tenido que recoger toda la sémola esparcida en el país para producir pan. Según el semanario cubano Opiniones, Cuba posee 4 industrias de este tipo en el país, pero la única que se encuentra produciendo es la de Marta Abreus. Solamente quedaba por procesar alrededor de 500 toneladas de sémola y otras 30 enviadas desde la fábrica de Camagüey, destinadas a la reserva militar. Los 20 días de trabajo concluyeron el domingo pasado, tiempo que regularmente se toma procesar el producto. Junto con la pasta, mandaron a sus casas a todos los obreros que laboraban en ella, sin compensación de ningún tipo y sin fecha de regreso. Así es el socialismo. (Foto: lezumbalaberenjena)
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