Portales sin techo, según el gobierno: para ver mejor las estrellas


Ya las autoridades del municipio de Cruces encontraron la solución al peligro de los techos de los portales del casco histórico amenazando con venirse abajo. Mucho más económico, sin inversión, ni amenaza para la vida de nadie. Solo hay que adaptarse a asumir el nuevo diseño y no ponerse uno a comparar con las fotos antiguas para no sufrir la decepción. Apostar por la chapucería y el cultivo de los helechos en las ruinas es el orden del día en la agenda. No sólo está este fenómeno en los alrededores del parque, sino que se reitera también en los portales del  extenso prado Crucense. Y uno imagina que patrimonio y los que se dedican a la conservación arquitectónica de la localidad deben haber cerrado la oficina para buscar otro trabajo, pero no, están ahí como “los tres monos sabios” tapándose los ojos, los oídos y la boca. Tanta apatía ha suicidado ese orgullo que antes sentían los crucenses por su pueblo. Claro, hoy en día la gente mira más las pantallas de sus celulares que los lugares por donde caminan, tienen otros planes, se sienten de paso por este lugar, asumen que este es un pueblo sin vida que hay que dejar atrás. No los culpo. No es fácil enamorarse de un pueblo moribundo solo por la historia de lo que alguna vez fue. Pero aquí queda la infancia, los antepasados, los ancestros, las amistades que sí amaron este terruño que tuvo mucha vida y que fue próspero. Menos mal que al menos los helechos asoman den medio del abandono, como sugiere la “Canción a lo feo” de Terecita Fernández. Mientras más grande la crisis, más burocratismo. 

Compartir:  

Comentarios