El cubano es orgulloso por naturaleza y son muchos los que prefieren aguantar hambre antes que salir a mendigar a la calle. Sin embargo, el estado de desesperación aumenta y el estómago exige su cuota. Se están viendo escenas en la calle que jamás pensábamos ver en nuestro tiempo de vida. Niños mendigando y ancianos hurgando en la basura. Mientras el estado cubano dedica sus 24 horas del día a criticar la situación de países a más de 100 millas de las costas territoriales, una situación muy grave crece y pulula a lo largo y ancho de la isla. Hace unos días un crúcense regresó de un viaje en Ciego de Ávila y describió con lujos y detalles cómo varios ancianos buscaban rescatar cualquier hortaliza echada a la basura después de una feria agropecuaria. Evitó tomar una foto o video por el impacto tan doloroso que le produjo aquella estampa. Meses antes un video desde la capital se hizo viral, cuando mostraba decenas de ancianos que sacaban cualquier sobra de comida en un tanque de basura. La foto que acompaña esta nota fue tomada en Cienfuegos hace par de días. Cuba tiene uno de los índices más altos de población envejecida. La natalidad es baja y los jóvenes están emigrando en masa provocando un desequilibrio total que pone, al Estado Cubano, en una situación crítica. El gobierno no es capaz de echarse sobre los hombros esta enorme carga de pensiones a jubilados y es por eso que los pagos a muchos de estos son excesivamente bajos para los tiempos que corren. No es extraño que cada vez se haga más frecuente encontrarse a abuelitos registrando en los depósitos de basura de las calles o mendigando por los parques y por las colas. Es deprimente porque todos no tienen a un familiar que lo atienda y las condiciones de los asilos de ancianos dejan una imagen lo más parecida a una película de terror.
Más ancianos buscando comida en la basura por las calles de Cienfuegos
El cubano es orgulloso por naturaleza y son muchos los que prefieren aguantar hambre antes que salir a mendigar a la calle. Sin embargo, el estado de desesperación aumenta y el estómago exige su cuota. Se están viendo escenas en la calle que jamás pensábamos ver en nuestro tiempo de vida. Niños mendigando y ancianos hurgando en la basura. Mientras el estado cubano dedica sus 24 horas del día a criticar la situación de países a más de 100 millas de las costas territoriales, una situación muy grave crece y pulula a lo largo y ancho de la isla. Hace unos días un crúcense regresó de un viaje en Ciego de Ávila y describió con lujos y detalles cómo varios ancianos buscaban rescatar cualquier hortaliza echada a la basura después de una feria agropecuaria. Evitó tomar una foto o video por el impacto tan doloroso que le produjo aquella estampa. Meses antes un video desde la capital se hizo viral, cuando mostraba decenas de ancianos que sacaban cualquier sobra de comida en un tanque de basura. La foto que acompaña esta nota fue tomada en Cienfuegos hace par de días. Cuba tiene uno de los índices más altos de población envejecida. La natalidad es baja y los jóvenes están emigrando en masa provocando un desequilibrio total que pone, al Estado Cubano, en una situación crítica. El gobierno no es capaz de echarse sobre los hombros esta enorme carga de pensiones a jubilados y es por eso que los pagos a muchos de estos son excesivamente bajos para los tiempos que corren. No es extraño que cada vez se haga más frecuente encontrarse a abuelitos registrando en los depósitos de basura de las calles o mendigando por los parques y por las colas. Es deprimente porque todos no tienen a un familiar que lo atienda y las condiciones de los asilos de ancianos dejan una imagen lo más parecida a una película de terror.
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